...esa gran celda donde a veces nos gusta resguardarnos, aislados de todo lo que pudiera ser ajeno a nosotros, pudiendo dejar fluir nuestra fantasía, volar los más ocultos deseos y dejar correr nuestras más endiabladas locuras.
Si... el silencio, tan odiado y deseado a la vez, pudiendo ser carcel y paraiso, al igual que la pasión, la locura o el amor.
Vengan tus palabras
ResponderEliminara acariciarme despierta,
antes de que mi sueño
dibuje veredas con ellas
y me las haga mendigar
buscando tu boca poeta.
Venga el fervor del verso
que en tus labios quema,
el pulso de tus dedos
cuando trémulos fraguan
la pasión que asolapas
y encubres en tus letras.
Ven, hazme sentir
la proeza de tu verbo
erizándome entera,
preñándome la ilusión
que ya pensé yerma.
Vengan tus palabras
a desnudar mi corteza,
a acariciar mi alma,
a reinventar mi pecho
con el amor que expresan.
©Rosa María Ostos
Gracias... Un beso.
PD. Borra los fallidos
Que preciosidad de poema... yo soy el emocionado (y erizado también).
EliminarGracias mi queridísima y siempre admirada. Te beso.