Porqué…
Porque siendo niño,
ya aprendí a volar,
en la noche oculto,
entre su regazo,
bella fantasía,
los primeros pasos
que en un sueño virgen,
comencé a cruzar…
Porque siendo hombre
la aprendí a soñar,
oculta en mis versos
la besé despacio,
con cada palabra
la cubrí en mis brazos,
y su aroma es dulce…
El sentimiento no tiene respuesta al porqué... Bello poema. Beso
ResponderEliminarQuizá la respuesta sea esa necesidad que crea la existencia del propio sentimiento...
EliminarGracias por tu comentario Hanna. Un beso.