...esa gran celda donde a veces nos gusta resguardarnos, aislados de todo lo que pudiera ser ajeno a nosotros, pudiendo dejar fluir nuestra fantasía, volar los más ocultos deseos y dejar correr nuestras más endiabladas locuras. Si... el silencio, tan odiado y deseado a la vez, pudiendo ser carcel y paraiso, al igual que la pasión, la locura o el amor.
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